Es sin duda una de las anécdotas más repetidas de la Segunda Guerra Mundial, y os confieso que una de las primeras que leía, ya años ha, siendo chaval.
Para los que no la conozcáis, se desarrolla al inicio de la Operación Urano, en noviembre de 1942, cuando los rusos lanzaron una gran contraofensiva contra el expuesto flanco izquierdo del Sexto Ejército, empecinado en la captura de Stalingrado. Rumanos y húngaros, mal equipados y abastecidos, en un terreno muy poco favorable a la defensa, recibieron la embestida de pleno de las fuerzas soviéticas del frente del Don (Rokossovsky) y del frente del Sudoeste (Vatutin).
Fuente: www.stalingrad.net |
Como reserva estratégica, y fuerza de maniobra, tenían al “temible” XLVIII Cuerpo Panzer, formado por la 1ª división acorazada Rumana y la 22ª División Panzer. La anécdota cuenta que se habían almacenado los carros de ambos, y usado a sus tripulantes como infantería en segunda línea (infantería, algo de lo que siempre está necesitado cualquier ejército). Para que no sufrieran por el frío, habían sido almacenados en chozas y recubiertos de paja, que a su vez habían atraído a los voraces ratones de campo. Y faltos de comida se habían entretenido devorando el aislante de los cables. Al poner en marcha a los Panzer, las averías habían surgido por doquier, inutilizando una parte importante de los mismos.
Ratones…”temible” Cuerpo Panzer… la anécdota es buena, pero hay que matizarla y mucho.
Asusta ver el estado de la Panzerwaffe hacia mediados – finales de 1942 (me imagino que Guderian se echaría las manos a la cabeza al ver el estado de la misma cuando fue nombrado inspector general). Una muestra: el 11º Regimiento Panzer de la 6ª Panzerdivision, al ser trasladado desde Francia a Rusia, en el verano de 1942, sólo contaba con 20 Somua S-35 y otros veinte Hotchkiss H39, ambos de origen Francés, y capturados en 1940. y no sería hasta varios meses después que los pudo cambiar por Panzer III y IV.
El 204 Regimiento Panzer de la 22 Panzerdivision, contaba, en el verano de 1942 con los siguientes efectivos blindados: 28 Panzer II, 12 Panzer III Kurz (es decir, cañón corto L/42 de 50 mm), 11 Panzer IV con el cañón corto de 75 mm, sólo 11 Panzer IV Lang, con el cañón largo de 75 mm…y 110 obsoletos carros Pz38T de origen checo y cañón de 37 mm.
El estado del material, era malo, y en especial el de los blindados checos. La inmensa mayoría de los vehículos precisaban reparaciones o importantes revisiones. Y como estaban en un sector considerado tranquilo del frente (la inteligencia militar había establecido que la contraofensiva soviética de invierno sería en el sector Central), habían sufrido de un aporte insuficiente de repuestos.
Y eso que los alemanes eran los “ricos” del lugar…los rumanos lo llevaban mucho peor. La dotación de la 1ª división acorazada “Gran Rumanía”, en el papel era de 102 carros modelo R-2. Es decir, viejos tanques chechos Lt vz.35 (conocido por los alemanes como Panzer 35t). Y éstos tenían un gran defecto de diseño en el temible invierno ruso. Pensados para un uso preferente en las carreteras y campos de Europa Central, su transmisión era neumática con uso de cilindros de gas comprimido. Aseguraban así rapidez, durabilidad y menor consumo. Pero el intenso frío ruso la averiaba con facilidad. Los alemanes habían cambiado la mayor parte de los suyos por transmisiones mecánicas más tradicionales, y aún así, habían perdido la casi totalidad de los suyos en el invierno de 1941. Los rumanos, seguían con la original.
La inmensa mayoría de las fuentes hablan de no más de 60 – 70 carros de este modelo en noviembre de 1942. Y le añadimos unos 11 Panzer IIIN con cañón corto de 75 mm, y otros 10 – 11 Panzer IV Lang, que al parecer les habrían suministrado los alemanes en octubre de 1942. Si los germanos tenían problemas con el mantenimiento de sus blindados, desde luego que los rumanos estaban peor.
Si a esto le añadimos que ambas formaciones jamás habían entrenado juntas, que ni siquiera habían establecido un adecuado protocolo de comunicaciones por radio y que iban a recibir el peso de varios potentes ejércitos soviéticos como era el 1º de la Guardia, 21º, 65º y el 5º Ejército de Tanques…no es de extrañar que el desastre estuviese servido.
Las primeras horas del contraataque estuvieron marcadas por un rosario de vehículos averiados debido al pésimo mantenimiento. Algunos de los anecdotarios recogen que, por este motivo “se perdieron hasta 200 carros”, cifra excesiva sin duda, dando otros cifras más razonables de cerca de 50 – 60.
Además la falta de contacto por radio, provocó que no supieran la una de la otra, y acabaran combatiendo de forma descoordinada contra la avalancha blindada soviética. Ambas fueron aniquiladas. La 1ª acorazada rumana sería reconstruida, pero la 22 Panzerdivision desapareció del orden de batalla, siendo los supervivientes agregados a la 23ª. Y el sexto ejército de Von Paulus quedó cercado en Stalingrado…
Al final, los inocentes ratones de campo, de los cuales no dudo que unos cuantos cables comerían, los que se cargarían con la responsabilidad del desastre, causado por la ceguera e irresponsabilidad de otros.
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